Hay días que te vuelves insoportable. Llegas y te instalas apenas la luz de la aurora empieza asomar por el horizonte. No tienes ni siquiera el pudor de esperar que pueda abrir completamente no digo los dos ojos, si no uno al menos. Llegas y te metes, entre las sabanas y te pegas como la hiedra al muro de piedra. Te fundes en lo más intimo dentro de mi ser y no me permites escapar a tu presencia. Cuando apareces de esta manera, he aprendido que no tengo más opción que cargar contigo todo el día. Se que ocuparas en mis pensamientos cada segundo que pase y que no importa que haga o deje de hacer ahí estarás. Estarás fomentando mi masoquismo todo el tiempo. Produciendo ese dolor producto de la impotencia de no tenerte a causa de la distancia que nos separa, pero a la vez disfrutando el placer de saberte mía y de saberme tuyo. Y lo que más me enloquece es el saber, que sabes que lo quiera o no, estas conmigo y te pertenezco.
Cronos Dic./14/2005
1 comment:
wow, si el ser insoportable produce la cercanía que describes...
que bendición las fiestas hormonales!!!
ays!
me encantó!
besos...
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