EL CALDERO DE LOS DESEOS

BIENVENIDO SEAS. LLEGASTE A LA COFRADIA DEL CALDERO. ATREVETE Y CON LA CUCHARA DE PALO, ENCUENTRA EL DESEO QUE ESTAS BUSCANDO

Friday, September 08, 2006

CELESTE...


Entre mis cosas encontre el relato que pongo en el presente post. Y cuyo origen de ser tiene la siguiente razón.
El mes pasado en el blog de CieloAzzul coloco Ella una foto y solicitaba que el que deseara escribiera algo sobre esa fotografía. Recuerdo que escribi el relato que presento a continuación aunque nunca lo publiqué. Ahora lo pongo aqui.

CELESTE



La tarde calurosa y seca invitaba con su pereza a dormitar.

La plaza aparecía desierta sin alma alguna que rompiera la monotonía de aquella tarde veraniega.

Celeste, desde el banco alto detrás del mostrador de la Miscelánea "Las Quince Letras", luchaba contra el sopor, que la llevaba pese a sus esfuerzos a hundirse plenamente en esos pensamientos y ensoñaciones que la alejaban de la realidad.

La niñez de celeste había transcurrido feliz en la pequeña finca ganadera de su padre. Siendo hija única y gozando de un carácter alegre, extrovertido y zalamero no conoció más que alegrías, arrumacos y cuanto podía desear dentro de los alcances de sus padres.

Su padre Francisco, hombre probo, serio y de carácter más bien seco, se convertía en un pan de leche y su mirada se llenaba de ternura nunca vista, ante el sonido de la voz cantarina o la presencia de su hija.

Su Madre Catalina, mujer hermosa, de la que heredo Celeste no solamente su belleza, si no su carácter de mujer fuerte, decidida y emprendedora, que sin embargo nunca perdía su ternura y su femineidad, no tenia ojos para ver nada más que el bienestar de su hija .

En este ambiente transcurrió la niñez de Celeste hasta los 12 años, edad en que la vida le puso la primera prueba, y le enseño que a pesar de los esfuerzos de todos para que no conociera el menor sufrimiento y contrariedad, la vida no era solo risas, rosas y alegrías.

Dentro de aquel sopor que le llevaba aquellos recuerdos, sintió nuevamente aquel dolor intenso que le atravesó el alma cuando supo por boca de su madre que su padre había sufrido un accidente al caer de un caballo y había muerto. Volvió a sentir en lo más profundo de su cabeza aquel olor del cuerpo de su madre cuando la abrazo para consolarla. Oyó nuevamente aquel gemido que se ocultaba para no salir dentro del pecho de aquella mujer que le había dado la vida. Sintió el caer de aquellas lagrimas contenidas sobre su cabeza.

Reacciono un momento y volvió a hundirse en sus pensamientos. Nuevamente se encontró viviendo aquellos tres años en que su madre se esforzó en seguir adelante con la finca.

Recordó vagamente aquel primer año de lagrimas furtivas de su madre cuando pensaba que nadie le observaba y como le dolían a Ella en el alma.

Los dos años subsecuentes fueron menos tristes, ahora ya mujer comprendía y agradecía las visitas de aquel tío que nunca antes había conocido ni le habían hablado de Él. Agradecía la felicidad que le daba a su madre. Recordaba como llegar el tío y la cara de su madre iluminarse casi como cuando su padre llegaba a casa después de una jornada de trabajo.

A los 15 años cumplidos su vida nuevamente cambiaría. Recordaba plenamente aquella tarde calurosa como la del día presente. El pequeño arroyo invitaba a gozar de la frescura de sus aguas. Completamente inocente y sin malicia alguna, se despojo de su ropa y como tantas veces antes lo había hecho se metió a nadar en aquel pequeño remanso de frescura. Celeste siendo de corazón y pensamiento una niña, no se daba cuenta que físicamente se convertía en una bella mujer. Sus juegos acuáticos fueron interrumpidos de forma violenta al oír los gritos de su madre, tremendamente enfurecida que exclamaba:

--- Gañan ya te enseñare a respetar la intimidad de una niña, te desollare a fustazos, hijo del engendro, mal nacido. Pero que se puede esperar de un hijo de puta como tu.... No huyas cobarde, te encontrare y te colgare del árbol mas alto del pueblo, ya veras quien soy yo.---

Aterrada, Celeste solamente atino instintivamente a tomar sus ropas y al asomarse entre las cañas de la orilla vio como su madre perseguía a Julián , aquel mocito del rancho dos años mayor que ella que durante su niñez había sido en incontables ocasiones su compañero de juegos.

Su Madre regresó, y sin decir mayor cosa solamente atino a abrazarla y comentar escuetamente durante el regreso a la casa un lacónico, no quiero que vuelvas a salir sola.

A la tarde siguiente llamó a al hacendado que tenía las tierras continuas y le comunico que aceptaba su oferta sobre las tierras de su propiedad.

Con el dinero obtenido su madre había adquirido la casa en el pueblo y aquella tienda que bajo la vigilancia y el trabajo de su madre llegaría a ser la mejor de la población.

De Julián pudo saber tiempo después por medio de una carta que le hizo llegar, que asustado al ser descubierto observando su desnudez había abandonado el pueblo. Que Él siempre había estado enamorado de Ella y que algún día vendría con fortuna a conquistar su amor.

Ese día, Celeste perdió su inocencia, sin saber porque no le confió a su madre el hecho. Quizá fue aquella punzada que sintió en el corazón y que bajo hasta su entrepierna despertando una sensación nunca antes sentida.

Carta que aún despierta ese mismo sentimiento desde el mismo momento en que piensa en leerla nuevamente. Esta guardada en el fondo de aquel cofrecito de madera de naranjo donde guarda sus cosas más preciadas como el cairel del pelo de su madre, el reloj de bolsillo de su padre, y cosas que representan para ella lo más valioso y preciado. El leer dicha carta se ha vuelto todo un ritual para Ella, que va desde tomar un baño, largo caliente y perfumado, encerrarse en su habitación y desdoblando cuidadosamente la misiva, leerla despacio en voz alta para que sus oídos puedan escuchar la lectura como si fuera el propio Julián quien la hiciera... hacer una pausa y deleitarse y perderse en el recuerdo de sus ojos al terminar las ultimas líneas donde decía que regresaría a conquistarla.... Volver a doblarla, guardar sus tesoros y vestirse como de fiesta para terminar su ritual.

Un día llegó el tío, y como siempre su madre se volvió un cascabel y se lleno de alegría, cuando el tío retorno a su casa después de una semana de visita, su Madre habló con Ella. Le dijo que era bueno que empezara a pensar en casarse, en tener un novio que la desposara, ya que una de sus preocupaciones era que en un momento Ella pudiera faltar y no quería dejarla desprotegida.

Hubo análisis de pretendientes y después de un año, recién cumplidos los 18 se desposo con el maestro de la escuela del poblado. El profesor Marcos, un hombre, paciente, amable, culto, de reconocida solvencia moral, estaba perdidamente enamorado de Ella, y si bien Celeste no podía decir lo mismo, si al menos le guardaba un gran afecto, admiración y reconocimiento.

Era fácil para ella quererlo, ya que el Profesor se desvivía por complacerla y hacerla feliz.

El día de la boda, una vez terminada la ceremonia y estando la fiesta en todo su apogeo, su madre la llamo aparte con el pretexto de que debía darle algunos consejos.

Habló con Ella de todas esas cosas que una madre le recomienda a su hija en ese día. Pero una vez expresados esos consejos, le dijo:

Hija, tu madre quiere hacerte un regalo en este día tan especial. Quiero comunicarte que el día de ayer he puesto esta casa y la tienda a tu nombre. Es mi regalo de boda para ti. Al empezar a balbucear un ..no madre... Su madre le puso el índice en la boca callándola y continuo...

Hija, debo confesarte algo, al día siguiente que llegues de tu viaje de bodas, yo me iré a la capital con Antonio, me ha propuesto que nos casemos. El año pasado enviudo y ya no hay ningún impedimento para que podamos vivir juntos. Celeste sintió que todo daba vueltas, no podía creer lo que sus oídos escuchaban, Antonio nunca había hablado que tuviera mujer, ella desconocía la existencia de su tía, no entendía como su madre, hablaba así, como hablaba de contraer nupcias con su TIO... Su madre al ver su expresión le dijo:

Hija calma, no hay nada malo, Antonio no es tu tío, es un antiguo enamorado de mi juventud, que al saber de la muerte de tu padre se ofreció a apoyarme. Para evitar las habladurías dije que era tu tío. Del trato renació el amor y nuestra relación se fortaleció. El cuidara de mi, y yo de Él, como espero que tu y tu marido lo hagan entre Uds. Te amo y se que te alegraras con mi felicidad.

La vida transcurrió lenta. Un día sucedía al otro y el amor de Marcos por su mujer se acentuaba cada día más. Celeste tampoco podía quejarse, tenía una vida cómoda, un marido que la adoraba y la tienda le permitía darse sus pequeños lujos.

El ruido que llegaba de la calle la saco de sus pensamientos. El autobús que venia cada día procedente de la capital había llegado. La gritería de los críos la acabo de sacar de aquel sopor..

Señor... Señor... le ayudo con su maleta... Le ayudoo...

Se desentendió de todo ello al escuchar a una clienta preguntando si ya estaba su pedido.

Doña Susana ya casi lo tengo todo, me falto nada más el lienzo de popelina que me encargó pero debe haber llegado de la capital, permítame el autobús acaba de llegar, veré si lo trajeron.

Se asomo a la puerta para gritar a José el conductor si había traído su encargo y se topo con los brazos de su marido que abiertos de par en par, la abrazaron llenos de amor.

Frente a ella y a espaldas de su marido se vio presa de la mirada de unos ojos tiernos de color de miel, que la miraban intensamente... Su mente la traiciono, su pensamiento corrió lejos y sintió como el dueño de esos ojos que le robaban el alma, y que se entornaban al mismo tiempo que los suyos, acercaba sus labios a su boca, la que sin freno alguno se fundió en un beso con la de su amado Julián.

¿Señora Celeste?, le manda este paquete José el chofer...

El sonido de aquella voz la hizo reaccionar, y salir de sus pensamientos...

Solo alcanzo a murmurar quedamente:

Te amo....

Marcos su marido sonrio y dijo Yo Más...

A partir de aquel día la sonrisa de Celeste aparece junto a esa punzada en la ingle cada tarde calurosa que llega el autobús de la capital

3 comments:

cieloazzul said...

Hermoso relato, con un final estremecedor...
Celeste, es un nombre hermoso...
Gracias por seguir el reto de la imágen...
besos...

Daniela said...

Cronos 51...impresionante historia, bien redactada, parece una novela, dibujada con delicadeza y al mismo tiempo llena de una nostalgia mágica... te felicito.
Un beso.

Laura Martillo said...

El relato es extenso y por momentos di´fícil de leer por el color y el fondo, pero dentro de todo interesante.

saludos.